viernes, 10 de agosto de 2007

Reyes del escaqueo

Cuando era un poco más joven había un guaje en mi colegio que era malísimo jugando al futbol, uno de tantos vaya, sólo que éste se empeñaba en jugar (!). El caso es, que siempre lo ponían de portero (!!) y el remedio era peor que la enfermedad,  cualquier balón que llegaba a las inmediaciones de su portería acababa convertido en gol (!!!) para alegría de extraños y desesperación de propios.

El guaje me tenía fascinado por su capacidad para escaquearse y salir indemne de ello. Porque a pesar de las puyas, insultos y broncas que le caían, a pesar de que nadie lo quería en el equipo, a pesar de que nunca ganaba, 
el tío se empeñaba en seguir jugando una y otra vez además de ser 
el primero en organizar o apuntarse a los partidos. Lo mejor de todo era que a pesar de sus sonoros fracasos siempre tenía una excusa para ellos, 
daba la impresión de que había hecho todo lo posible y que la 
desgracia había sido inevitable. Nadie le creía, seguramente ni el mismo, pero a mi me resultaba tremendamente fascinante su capacidad para justificarse.

Recuerdo aún como si fuera hoy, una ocasión en la que tras meterle un gol alguien le echó en cara que ni siquiera había hecho el amago de tirarse. En la siguientes jugadas (goles) invariablemente se tiró a por el balón, sin mucho éxito, en alguna ocasión después de que el balón hubiera cruzado la linea. 
Cuando el mismo jugador de antes fué a recriminarle su actitud,  el le miró muy enfadado y dijo:
"¡Qué pasa ahora!, yo me he tirado, ¿no?"

Con él aprendí varias lecciones:

  1. La frase querer es poder es una falacia.
  2. Siempre hay una causa que justifique cualquier cosa.
  3. Hacer que parezca que se ha hecho algo, no es hacer algo.
  4. El mejor puesto para un mal jugador de fútbol, no es la portería.

En su memoria inauguro la sección Reyes del escaqueo. 

2 comentarios:

filomena dijo...

Bueno, yo de futbol no entiendo. Siempre he dicho que donde se ponga una buena corrida que se quite el futbol y los toros... Pero en lo que se refiere al escaqueo, yo también he conocido a grandes escaqueadores (o escaqueadistas??) en el terreno laboral.
Recuerdo que en mi etapa de camarera (de eso hace ya más de 5 años) tenía un compañero al que yo, amigablemente, llamaba escaqueitor, porque era increible su habilidad para desaparecer en los momentos de crisis y/o cuando teníamos un pollo. Y cuando no desaparecía se las ingeniaba para escurrir el bulto y no hacer nada o casi nada. Y el caso es que a todos nos caía bien...
Y en mi actual trabajo también tenemos algún que otro rey o reina del escaqueo, pero bueno, en esta empresa es muy normal...

Moguruza dijo...

ahí, ahí... la habilidad no es lo de escaquearse, sino lo de justificarlo. Y encima que a la gente le caigas bien.